De vez en cuando, aparece un proyecto que cambia por completo lo que pensamos que puede ser el tufting. La presentación de esta semana es uno de esos momentos.
Les presentamos a Rachael, también conocida como TheRugDealer. Es una artista de 24 años de Nashville con experiencia en Bellas Artes y una pasión por experimentar con diferentes medios creativos. Hace tres años, comenzó un proyecto que muchas personas ni siquiera considerarían posible: cubrir un Porsche Cayman 981 con paneles de alfombra con tufting.
Sí, un coche con tufting. No una alfombra de un Porsche, sino un coche real envuelto en paneles que ella misma ha hecho con tufting a mano.
Es audaz, inusual e increíblemente impresionante. Pero, sobre todo, es una historia sobre cómo aferrarse a una idea y ver hasta dónde puede llegar.
Encontrando su lugar en el tufting
Antes del tufting, Rachael dedicó tiempo a la pintura, la escultura, los murales, los tatuajes, los efectos especiales y los accesorios. Aprendió todo tipo de habilidades sin sentirse atada a un solo camino. Eso cambió en 2020, justo después de terminar su licenciatura en Bellas Artes, cuando recibió una pistola para tufting como regalo y vio su primer vídeo de tufting.
El tufting encajó de inmediato. Se sentía más tranquilo y práctico que la pintura. Le encantaba el ritmo y la idea de construir algo desde cero. Pronto empezó a ver las alfombras como algo más que objetos funcionales. Para ella, se convirtieron en materiales creativos que podían llevarse mucho más allá.

A lo grande: el proyecto Porsche
Poco después de hacer sus primeras alfombras, tuvo una idea mucho más grande que cualquier cosa que hubiera hecho antes: crear paneles de alfombra personalizados que se ajustaran a todo un Porsche. Sonaba complicado, pero no dudó.
Había un problema. No tenía espacio. Ni garaje, ni espacio para un gran marco de tufting, ni lugar para colocar siquiera un panel de coche. Así que se mudó a una casa nueva solo para poder construir un espacio de trabajo lo suficientemente grande para el proyecto.
A partir de ahí, se convirtió en un largo viaje que incluyó:
• alrededor de 4.000 horas de trabajo
• tres años de dedicación
• elegir el proyecto por encima de opciones profesionales más seguras
• quedarse sin dinero más de una vez
• aprender tapicería, patrones de costura, modificaciones de coches y técnicas de construcción por el camino
A lo largo del proceso, tuvo que rehacer piezas, aprender nuevas habilidades rápidamente y pausar el proyecto cada vez que el dinero escaseaba. El Porsche con tufting se convirtió en un símbolo de determinación tanto como en una pieza creativa.

Cómo Rachael lo hizo funcionar
Para que los paneles encajaran perfectamente en el Porsche, cada uno tenía que curvarse y encajar en su sitio sin huecos. Al principio quería que las alfombras se adaptaran a cualquier Cayman 981, lo que significaba no cambiar su propio coche. Pero después de completar alrededor del 80 por ciento, se dio cuenta de que no era posible colocarlo firmemente en el coche.
Así que hizo cambios en el coche: añadió imanes debajo de los paneles para que las alfombras pudieran encajar en su sitio. También utilizó alambre, elástico, piezas impresas en 3D, tirantes de sujetador e incluso Flex Seal para resolver los diferentes problemas que iban surgiendo.
El limpio resultado final esconde una enorme cantidad de pruebas, errores y creatividad. Su kit de herramientas incluía:
• pistola para tufting AK-1
• hilo acrílico
• tela de tufting
• adhesivo para alfombras y pegamento caliente
• alambre
• Flex Seal
• imanes
• superpegamento
• aguja e hilo
• elástico y tirantes de sujetador
• piezas impresas en 3D
Es parte tufting, parte tapicería, parte construcción de coches y parte escultura.

Basándose en lo que aprendió, ahora utilizaría imanes que puedan soportar temperaturas más altas y reforzar los bordes con más fuerza. También imagina un método diferente utilizando moldes de fibra de vidrio de cada panel del coche, lo que crearía bases sólidas para las alfombras cuando están fuera del coche.
Este enfoque sería más escultórico y adecuado para galerías o museos, y espera probarlo algún día si surge el proyecto adecuado.
Rachael sabe que no todo el mundo entenderá la gran cantidad de esfuerzo que hay detrás de este proyecto: la construcción oculta, los errores, los reinicios, los momentos de duda. Pero no pasa nada. La gente lo ve y reacciona al instante. Esa es la magia.
“Las apariencias pueden engañar… pero me encanta ver las reacciones de la gente y llevar el tufting más allá que nunca”.
Puede seguir su trabajo, incluido el viaje completo del Porsche con tufting, en @therugdealer.



